Las psicosis, sus brotes, tienen una historia. Suceden
porque se conjugan una serie de experiencias. De otra manera podrían no haber
sucedido. De otra manera podrían no volver a suceder.
Las psicosis se pueden entender como una enfermedad fatal o,
mejor, como una oportunidad espiritual: un viaje, una crisis y un renacimiento.
¿Por qué no?, ¿Quién es el juez que determina que una enfermedad mental es
crónica, degenerativa, incurable …?
Hay que analizar el mundo en que uno está inmerso, las
relaciones que uno establece. También hay que cultivar los deseos y quitarse de
encima el estigma de enfermedad. Y alejarse de las drogas que alejan los
estímulos y quitan las ganas.
Las neurociencias están a pique de una crisis de paradigma
consecuencia de la constatación de la plasticidad cerebral. Solo en un
milímetro cúbico de cortex cerebral, en una cabeza de alfiler de masa gris, hay
100.000 conexiones sinápticas. ¡Casi ná!.